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DESARROLLO ECONOMICO
A los tailandeses nunca les faltó una rica fuente de alimento. Los campesinos plantaban arroz para consumo propio y para pagar impuestos. Todo lo que sobraba era usado para mantener instituciones religiosas.
Sin embargo desde el siglo XIII al siglo XV una transformación extraordinaria tuvo lugar en el cultivo de arroz tailandés. En las tierras altas, donde la lluvia tenía que ser suplementada con un sistema de irrigación que controlaba el nivel de agua en arrozales inundados, los tailandeses cultivaban arroz pegajoso (glutinoso) que sigue siendo el principal alimento en regiones geográficas del norte y noreste.
Pero en el valle del Chao Phraya, los agricultores usaron una variedad de arroz diferente, el arroz llamado “arroz flotante”, un arroz delgado y no pegajoso traído de Bengala, que crece suficientemente rápido para seguir el ritmo de elevación del nivel de agua en los campos de las tierras bajas.
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Ayutthaya, abril 2002,
Anabelen Pola
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La nueva variedad crecía fácil y abundantemente, produciendo una excedente que se podía vender barato en el extranjero. Ayutthaya, situada en el extremo sur del valle se convirtió entonces en un centro de actividad económica. Bajo patrocinio real, se cavaron canales mediante trabajo obligatorio por los cuales se transportaba arroz de los campos a los barcos del rey para exportar a China. Es en proceso ser recuperó y se empezó a cultivar el delta del Chao Phraya, lodazales entre el mar y la tierra firme que hasta entonces se consideraban no habitables.
CONTACTOS CONN OCCIDENTE
En 1511 Ayutthaya recibió una misión diplomática portuguesa, que ese mismo año había conquistado Malaca. Éstos fueron probablemente los primeros europeos que visitaban el país. Cinco años después de este contacto inicial, Ayutthaya y Portugal concluyeron un tratado que otorgada permiso a los portugueses para comercial en el reino. En 1592 un tratado similar otorgó a los holandeses una posición privilegiada en el comercio de arroz.
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Los extranjeros fueron cordialmente bienvenidos en la corte de Narai (1657-1688), un monarca con visión cosmopolita que estaba no obstante receloso de la influencia exterior. Se forjaron importantes lazos comerciales con Japón. Se permitió que compañías holandesas e inglesas establecieran fábricas y misiones diplomáticas tailandesas fueron enviadas a París y La Haya. Manteniendo todos estos lazos, la corte tailandesa jugó hábilmente a los holandeses contra los ingleses y a los franceses contra los holandeses a fin de evitar la excesiva influencia de una sola potencia.
No obstante, en 1664 los holandeses usaron la fuerza para exigir un tratado concediéndoles derechos extraterritoriales así como acceso más libre al comercio. A requerimiento de su ministro de exteriores, el aventurero griego Constantine Phaulkon, Narai le pidió ayuda a Francia. Ingenieros franceses construyeron fortificaciones para los tailandeses y construyeron un nuevo palacio para Narai en Lopburi. Adicionalmente, misionarios franceses se dedicaron a la educación y medicina y trajeron la primera imprenta al país. El mismo Luis XIV se interesó por reportes de misionarios que sugerían que Narai podría convertirse al cristianismo.
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No obstante, la presencia francesa fomentada por Phaulkon, incitó resentimiento y sospechas de los nobles tailandeses y el clero budista. Cuando se conoció que Narai estaba muriendo, un general, Phetracha, mató al heredero designado, un cristiano, e hizo matar a Phaulkon junto con un número de misioneros. La llegado de barcos ingleses provocó la masacre de más europeos. Phetracha (reinó 1688-93) tomó el trono, expulsó a los extranjeros restantes e introdujo un periodo de 150 años durante el cual los tailandeses se aislaron conscientemente de contactos con Occidente.
A principios del siglo XX, Tailandia, tomando lecciones de Birmania, un vecino militarmente más fuerte que no logró protegerse del Imperio Británico en 1885, usó un enfoque flexible y transigente hacia sus pares, incluyendo numerosos países occidentales y Japón.
LA FASE FINAL
Después de un sangriento periodo de lucha dinástica, Ayutthaya entró en su época de oro, un periodo relativamente pacífico en el segundo cuarto del siglo XVIII, en el que floreció el arte, la literatura y la enseñanza. Ayutthaya continuó compitiendo con Vietnam por el control del Camboya, pero una amenaza mayor vino de Birmania, donde la nueva dinastía Alaunghphaya había sojuzgado a los estado Shan.
En 1765 el territorio tailandés fue invadido por tres ejércitos birmanos que convergieron en Ayutthaya. Tras un largo sitio, la ciudad se rindió y fue quemada en 1767. Los tesoros artísticos de Ayutthaya, las bibliotecas con su literatura y los archivos que guardaban sus registros históricos fueron casi totalmente destruidos y la ciudad quedó en ruinas.
El país quedó en caos. Algunas provincias se proclamaron estados independientes bajo el mando de líderes militares, monjes oportunistas y cadetes miembros de la familia real.
Sin embargo, los tailandeses escaparon la dominación birmana por una oportuna invasión china de Birmania y por el liderazgo de un comandante militar tailandés, Phraya Taksin.
Todo lo que resta de la antigua ciudad son algunas impresionantes ruinas del palacio real. El Taksin estableció la capital en Thonburi, a orillas del río Chao Phraya y al margen opuesto de la actual capital Bangkok. Las ruinas de la histórica ciudad de Ayutthaya y “pueblos históricos asociados” en el parque histórico de Ayutthaya han sido designado por la Unesco como Patrimonio Mundial. La ciudad de Ayutthaya fue redundada cerca de la antigua ciudad y es hoy la capital de la provincia de Ayutthaya.
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Ayutthaya, abril 2002,
foto de Anabelen Pola
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